El CSIC desarrolla una metodología de alta resolución permite cuantificar los micro y nanoplásticos en el agua
- La técnica, desarrollada por el IDAEA-CSIC, cuantifica la masa total de partículas plásticas de manera robusta.
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Existe una creciente preocupación sobre el impacto de los micro y nanoplásticos en la salud humana, pero su análisis y regulación son complicados debido a la complejidad de los materiales y a las limitaciones metodológicas. Un reciente estudio del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA) del CSIC, en colaboración con el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y con el apoyo de la Fundación ”la Caixa”, ha desarrollado una metodología de alta resolución para cuantificar micro y nanoplásticos en agua embotellada en plástico. Este método ha detectado partículas extremadamente pequeñas, de 0,7 a 20 micrómetros, así como aditivos químicos en el agua, con una concentración media de 359 nanogramos por litro, similar a la encontrada en estudios previos sobre agua del grifo.
Marinella Farré, investigadora del IDAEA-CSIC y una de las autoras del estudio, explica que la metodología, basada en cromatografía líquida y espectrometría de masas de alta resolución, permite cuantificar los micro y nanoplásticos por su masa, en lugar del número de partículas, lo cual es un avance significativo. El equipo analizó 280 muestras de 20 marcas comerciales, estimando una ingesta anual de 262 microgramos de partículas plásticas por adulto, si se consumen 2 litros de agua al día.
Marta Llorca, otra autora e investigadora del IDAEA-CSIC, destaca que su metodología es fundamental para que futuras regulaciones consideren la masa del polímero, ya que actualmente no hay límites establecidos por la Agencia de Seguridad Alimentaria Europea sobre la ingesta segura de estos materiales. Comparando con un estudio previo sobre agua del grifo en Barcelona, la concentración de micro y nanoplásticos es similar, pero difiere en el tipo de polímero encontrado.
Cristina Villanueva, investigadora del ISGlobal y coautora del estudio, señala la presencia mayoritaria de polipropileno tereftalato (PET) en agua embotellada, frente a polietileno y polipropileno en agua del grifo. Llorca también advierte sobre el impacto ambiental significativo del agua embotellada debido a la generación de residuos plásticos.
Además, el estudio identificó 28 aditivos plásticos, como estabilizantes y plastificantes, en las muestras de agua embotellada. Estos aditivos, que pueden migrar al agua y son altamente tóxicos para las células, han sido analizados en términos de toxicidad, llevando a Farré a concluir que tres tipos de plastificantes presentan un riesgo elevado para la salud humana y deberían ser considerados en análisis de riesgo para consumidores.
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